El continuo de la educación

Una vez nacemos hasta el día que morimos estamos en continuo aprendizaje. Por la manera en que se organiza la sociedad, hay etapas en nuestra vida en la cual se enfatiza el desarrollo de unas destrezas específicas para poder cumplir con unas expectativas sociales, o meramente para poder sobrevivir como seres humanos. La existencia de estas etapas de la vida le ha dado paso a los niveles educativos, el establecimiento de los grados académicos, la creación de estructuras o instituciones de educación, entre otros elementos que aceleran o fortalecen el desarrollo de destrezas y habilidades en las personas dependiendo de su edad y el contexto socioeconómico en el que se encuentran. 

Aunque esta mirada de niveles ha permitido focalizar los esfuerzos y recursos en donde amerite, no se puede perder de vista la importancia de analizar la educación como un proceso continuo de desarrollo de destrezas nuevas o reaprendizaje. El reconocimiento de niveles de adquisición de conocimiento, destrezas y habilidades es importante ya que nos permite hilvanar los sistemas, los currículos y los contenidos didácticos para poblaciones diversas. También, nos permite experimentar en la creación de experiencias o plataformas educativas que se adapten a la realidad de las personas no importa las áreas de aprendizaje a fortalecer o en qué etapa de la vida se encuentran. 

Como bien se ha evidenciado por distintas organizaciones internacionales, tal como el World Economic Forum, la automatización y el uso de inteligencia artificial ha comenzado a crear una profunda transformación en la vida y en el trabajo, lo que reemplazará una gran porción de las habilidades y destrezas que hoy maneja la fuerza laboral. Estas personas, para mantenerse productivas en una sociedad tan cambiante, deberán desarrollar destrezas nuevas en áreas de necesidad o acudir al emprendimiento o la autogestión para crear oportunidades y riquezas tanto para ellos como para otros. En paralelo, hay otros cambios abruptos ocurriendo en la sociedad que requieren adiestrar a las personas continuamente, y esto presenta grandes retos a esas estructuras educativas tradicionales ya creadas para cambiar sus prácticas y atender estas necesidades. Ese es el caso de la mayoría de las instituciones de educación superior alrededor del mundo que, por su estructura rígida, han desacelerado la innovación académica que le da paso a tendencias educativas nuevas y a unos ambientes propensos al cambio. Ante esta lentitud para transformarse, otras organizaciones han capitalizado la oportunidad. 

El resultado de estos debates globales, expresados en los párrafos anteriores, ha generado el consenso que reconoce hoy día con mayor importancia la necesidad de desarrollar unas destrezas esenciales o fundamentales para todas las personas en cualquier edad. Entre estas destrezas está la curiosidad intelectual, lo que nos invita a cultivar nuevos modelos mentales de crecimiento y los incentivos para siempre mantenerse al día. Ante los retos que vive Puerto Rico hoy día, no le queda otra salida que abrazar esta realidad y encauzar los cambios a la educación en todas las etapas de la vida.  A modo de ejemplo, la Asociación para la Educación en Niñez Temprana está trabajando en programas para padres y madres para la iniciativa “emprendiendo desde la cuna” y la AARP también desarrolla programas de emprendimiento para adultos mayores de 50 años. Uno de los retos de cara al futuro es armonizar de manera coherente todos estos esfuerzos. 

Tomando como base estas tendencias, asumí el liderato y creé el Comité de Destrezas Esenciales del Siglo XXI adscrito a la Vicepresidencia en Asuntos Académicos e Investigación de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Este grupo está compuesto por representantes de la alianza multisectorial Echar Pa’ Lante, de la Sociedad para la Gerencia de Recursos Humanos, de la Asociación de Industriales de Puerto Rico, del Instituto de Competitividad Internacional y de la UPR. Todas estas organizaciones aportan sus experiencias y saberes, como también estudios realizados, para asesorar a la UPR en cómo atender exitosamente el tema de las destrezas esenciales con una mirada proveniente de la práctica. 

Como parte del trabajo realizado por este Comité y luego de diversas reuniones, discusiones e investigación, se han identificado y seleccionado las diez destrezas que todo estudiante al egresar de los programas académicos de la UPR, independientemente del nivel de estudio (subgraduado o graduado) deben tener desarrolladas. A este conjunto de destrezas se le ha bautizado como el Modelo Boricua de Destrezas Esenciales del Siglo XXI: creatividad e innovación, pensamiento crítico, aprendizaje para toda la vida, emprendimiento, comunicación efectiva, colaboración, alfabetización o dominio digital, liderazgo, resiliencia, sustentabilidad y gestión de cambio y ciudadanía avanzada. 

Todas estas destrezas han sido definidas por el Comité y fueron presentadas a los Decanos de Asuntos Académicos de las unidades y recintos de la UPR, los cuales se mostraron motivados a apoyar la iniciativa. Espero prontamente - y en conjunto con los decanos - desarrollar un instrumento y la estrategia para medir efectivamente dichas destrezas en los estudiantes activos o en los egresados, crear una estrategia de visualización, divulgación y monitoreo de estas destrezas y establecer un plan de avalúo para asegurar que la iniciativa está cumpliendo con sus objetivos. El fin principal es que esto provoque una revisión curricular a través del sistema UPR para incluir las destrezas que no se estén desarrollando y fortalecer las que ya están incluidas como parte de los programas académicos. Esto ayudará no solo al desarrollo de los estudiantes de la UPR a competir en un mundo laboral globalizado sino también al desarrollo pleno del país.

Igualmente, constituí el Comité Sistémico de Aprendizaje a lo Largo de la Vida (Lifelong Learning). Su propósito es identificar y promover estrategias para fortalecer una cultura de aprendizaje a lo largo de la vida en la UPR. Como parte de los trabajos el Comité estableció un plan con tres áreas medulares, a saber: (1) definición del concepto aprendizaje a lo largo de la vida para la UPR, (2) identificación de estrategias y/o destrezas que actualmente se realizan o promueven en la UPR y que fortalecen el aprendizaje a lo largo de la vida y (3) ofrecer recomendaciones en estrategias nuevas, cambios a la normativa institucional para fortalecer el aprendizaje continuo y la cultura de aprendizaje a lo largo de la vida en la UPR y que redunden en ciudadanos más competitivos a nivel mundial. De hecho, la Sociedad para la Gerencia de Recursos Humanos diseñó y comenzó a implementar la estrategia de aprendizaje a lo largo de la vida para Puerto Rico y la UPR estará colaborando en este esfuerzo. Le corresponde a la UPR servir de instrumento para la educación continua de nuestra población para toda la vida, según lo necesiten o interesen. Queremos que Puerto Rico se distinga por tener el capital humano mejor preparado posible. 

Cónsono con la misión de la UPR, estas dos iniciativas van de la mano y buscan establecer las herramientas necesarias para que toda la comunidad universitaria pueda desarrollarse plenamente. También proveen la oportunidad para transformar e innovar nuestra oferta académica y sus servicios para hacernos aún más pertinentes, competitivos y en total alineamiento con las expectativas del país y las tendencias mundiales. Es imperativo cerrar las brechas y concretar colaboraciones con otros sectores para asegurar que el continuo de la educación tenga un norte claro y medible.

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