La riqueza intelectual de la UPR al servicio del país
En muchas ocasiones cuando se habla de la Universidad de Puerto Rico (UPR) pensamos en estudiantes, matrículas, salones de clases, admisiones y graduaciones. La educación es parte fundamental de nuestra misión, pero lo cierto es que no es a lo único que estamos llamados a hacer como institución académica. La UPR sirve al país a través de sus egresados y su contribución a la economía, la creación de conocimiento mediante proyectos de investigación, la creación artística y cultural y una variedad de servicios a la población. La UPR fue fundamental, a través de la investigación y el servicio, en el manejo de los desastres de los huracanes, los terremotos y la pandemia. Así lo hace con los múltiples problemas sociales que tiene el país y lo demuestra la participación activa de nuestra docencia en entrevistas, análisis de medios y la elaboración de políticas públicas.
La UPR genera el 80% de producción intelectual e investigación en Puerto Rico. Esto la hace el organismo más importante, ante la capacidad que tiene para generar soluciones, para hacer frente a los retos que afronta, como por ejemplo, ante la incidencia en la criminalidad, cambio climático y cambios demográficos, entre otros. Así se ha demostrado a través de la historia de Puerto Rico cuando nuestros docentes formaron parte de la inteligencia que sentó las bases de su desarrollo socioeconómico en la segunda mitad del siglo XX. Así se ha demostrado con los múltiples reconocimientos que han recibido nuestros docentes, entre ellos 5 premios Nobel y muchos otras distinciones locales e internacionales, siendo quizás la más reciente el reconocimiento que el pueblo de Puerto Rico le brindó a Dean Zayas, en su fallecimiento, por el legado cultural y artístico que le brindó al país. Todo ello son aportaciones que realiza nuestra institución más allá del salón de clases pero de las cuales nuestros estudiantes se benefician teniendo a una clase de docentes de máxima preparación.
Estas aportaciones quedan, en ocasiones, ocultas ante el país debido a muchos factores. Muchas veces nos preocupamos demasiado en asuntos internos o rutinarios sin potenciar adecuadamente nuestras aportaciones al país. De igual forma, tenemos el reto de que aunque cerca del 70% de los docentes tienen doctorado, un grado otorgado a personas que han realizado investigación de vanguardia, solamente una fracción le dedica tiempo a hacer lo mismo en la UPR.
Hay que liberar a nuestros docentes de su carga académica en el salón de clases para permitirles el tiempo necesario para aportar al país en la creación de conocimiento, arte y servicio con la excelencia que siempre nos ha caracterizado. De esta forma podemos rescatar el carácter integral de nuestra institución académica y nos permitirá crear formas nuevas de pertinencia en el país, así como establecer lazos de colaboración con organizaciones sin fines de lucro, entidades privadas, municipios y gobierno, entre otros.
En estos momentos de tanta incertidumbre se necesita una institución que le garantice al país el fundamento para crear el conocimiento y las acciones que encaminan a la sociedad a una de mayor bienestar. Como vicepresidente ejecutivo he adelantado estudios, estrategias y recomendaciones para continuar fortaleciendo la docencia, como por ejemplo, una serie de iniciativas encaminadas a facilitar que los docentes liberen tiempo de enseñanza para realizar tareas de investigación. Por otro lado, en mi propuesta como aspirante a la presidencia de la UPR presento objetivos para lograr una docencia integral y enlazada a las comunidades que le servimos. Logrando estos cambios en beneficio a la docencia continuaremos ampliando nuestra misión y sirviendo al país como este se merece.